ATLETISMO

Es un deporte que contiene un conjunto de disciplinas agrupadas en carreras, saltos, lanzamientos, pruebas combinadas y marcha. Es el arte de superar el rendimiento de los adversarios en velocidad o en resistencia, en distancia o en altura.

El número de pruebas, individuales o en equipo, ha variado con el tiempo y las mentalidades. El atletismo es uno de los pocos deportes practicado universalmente, ya sea en el mundo aficionado o en muchas competiciones a todos los niveles. La simplicidad y los pocos medios necesarios para su práctica explican en parte este éxito.

Los primeros vestigios de las competencias atléticas se remontan a las civilizaciones antiguas. La disciplina fue desarrollándose a lo largo de los siglos, desde las primeras pruebas hasta su reglamentación.

El calendario está dominado por cuatro tipos de eventos: reuniones, reuniones entre clubes, campeonatos nacionales y los principales eventos internacionales. Los Juegos Olímpicos son el evento internacional más prestigioso. Se celebran cada cuatro años desde 1896 y el atletismo es la disciplina más importante en ellos. Desde 1982, la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF), el organismo responsable de la regulación de la disciplina, ha flexibilizado sus normas para acabar con el periodo amateur de la disciplina. El primer Campeonato Mundial de Atletismo se organizó en 1983 y tienen lugar cada dos años desde 1991.

martes, 29 de junio de 2010

SALTO DE ALTURA



es una prueba del actual atletismo que tiene por objetivo sobrepasar una barra horizontal, denominada listón, colocada a una altura determinada entre dos soportes verticales separados a unos 4 metros.
El saltador inicia su competición en la altura que estime oportuna y dispone de tres intentos para superarla. Una vez superada la altura, el listón se sitúa 3, 4 ó 5 cm más arriba, dependiendo de la normativa de la competición que se dispute, y el atleta dispone de otros tres nuevos intentos para superarlo, pudiendo renunciar a esa altura y solicitar una superior, y así sucesivamente hasta que incurra en tres intentos fallidos de forma consecutiva, que implican su eliminación de la prueba.
El salto de altura en su modalidad masculina forma parte del programa oficial de los Juegos Olímpicos modernos desde su primera edición, celebrada en Atenas en 1896. La modalidad femenina no debutaría hasta los Juegos celebrados en 1928, en Ámsterdam.
Según se puede saber a través de leyendas y tradiciones, su origen se puede situar en los Juegos Tailteann irlandeses del siglo XVIII antes de Cristo, una especie de Juegos Olímpicos célticos. Pero la primera marca conocida es la del británico Adan Wilson, que saltó 1,575 m en un encuentro atlético en el St. Ronan Border Club, el 26 de septiembre de 1812, en Innerleithen, Escocia. Se sabe que hubo premios en metálico. Estas primeras competiciones de salto de altura se mantuvieron activas en Gran Bretaña, hasta que las exportaron a Estados Unidos, donde se tiene constancia de una marca que se puede considerar como la mejor marca oficiosa. Un tal Sweeny, de 23 años, sobrepasó los 1,97 m el 21 de septiembre de 1895 en el estadio de Manhattan.1
Inicialmente existían dos modalidades de salto de altura: con impulso y sin impulso. En los Juegos Olímpicos de París 1900, San Luis 1904, Londres 1908 y Estocolmo 1912 se hizo en su doble forma. Los primeros saltadores franqueaban el listón con el denominado estilo de tijera, técnica que consistía en, tras una corta carrera de aproximación, afrontar el listón con un movimiento de tijera con sus piernas, en el que primero pasaba una pierna y después la otra. Con esta técnica se llegó a superar la altura de 1,97 metros.
Una mejora en los saltos se produjo con la introducción del llamado estilo de rodillo costal, desarrollado por el norteamericano George Horine, en el que el atleta rueda lateralmente sobre el listón. Esta técnica permitió a Horine convertirse en el primer hombre en superar la barrera de los 2 metros de altura. El siguiente avance se produjo mediante un perfeccionamiento de la técnica del rodillo costal o californiano, que daría lugar al llamado estilo de rodillo ventral, en la cual el atleta ataca el listón de frente, se sitúa sobre el listón pasando primero una pierna y un brazo y gira sobre el eje imaginario que formaría su propio cuerpo sobre el listón para lograr superarlo. Esta técnica fue desarrollada a mediados del siglo XX por los saltadores soviéticos, logrando con ello situarse como los grandes dominadores de la prueba y superar, en la persona de Valeri Brumel, la altura de los 2,28 metros.
En 1968, en la edición de los Juegos Olímpicos celebrados en México aparece Dick Fosbury, un saltador estadounidense, desconocido hasta entonces, que utilizaba un nuevo estilo de salto, tan revolucionario que en un principio fue descalificado. Su técnica de salto, conocida como estilo Fosbury, consistía en acercarse al listón en carrera y saltarlo de espaldas, levantando las dos piernas en el último instante para sobrepasar el obstáculo.



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